martes, 11 de septiembre de 2012

El Terrible Dolor de Espalda


La verdad es que, si nunca ha padecido de un dolor de espalda, será difícil entender a los que sí. A mí me pasó. Hasta mi tercer año de residente, jamás tuve un dolor de espalda y para mí, todos aquellos que llegaban a Urgencias refiriendo ese dolor incapacitante, agudo o crónico que iba de la espalda hacia las piernas y no los dejaba moverse, eran tan solo gente floja que no quería ir a trabajar. Recuerdo que cuando me mudé a un pequeño departamento en el segundo piso de una casa con una pequeña e incómoda escalera de caracol, llevé toda mi ropa, libros, computadora, DVD y hasta la TV. Como resultado, a media noche me levantó un dolor insoportable que no me permitía mover ni siquiera las piernas. Jamás volví a dudar de mis pacientes, créanme.



Se dice que en EUA el 20% de la población presenta dolor de espalda cada año y hasta un 70% de la población la sufrirá en algún momento. Para los ortopedistas, cirujanos de columna y neurocirujanos, representa aproximadamente el 40% de las consultas diarias. Además, el dolor lumbar genera un gran consumo de recursos económicos a nivel nacional e internacional, asociados al manejo médico pero también a la gran cantidad de días de trabajo perdido. Se menciona como la segunda causa de incapacidad laboral después de las enfermedades respiratorias.

El dolor se define como “una experiencia sensorial y emocional desagradable asociada con daño tisular real o potencial o descrita en los términos de dicho daño”. Digamos que, ante un estímulo potencialmente dañino, el cuerpo reacciona generando dolor.

El dolor de espalda o lumbalgia es un dolor frecuente en la parte baja de la espalda a nivel de las vértebras lumbares que puede transmitirse hacia la ingle, glúteo, muslo, rodilla, pierna o pie y que, en ocasiones, llega a acompañarse de disminución de la fuerza muscular o alteraciones sensitivas.

La cuestión es que, el dolor lumbar no es una enfermedad como tal sino la manifestación de una lesión o enfermedad. Tienen distintos orígenes a los que se les agrupa en tres familias; dolor lumbar mecánico, no mecánico y referido.

Les diré que existen varios factores que pueden originar o agravar el dolor lumbar como lo son el embarazo, el aumento de peso, los deportes de contacto, las caídas previas, el mal calzado (sobretodo los tacones), la falta de ejercicio, etc..

La contractura muscular y mal estiramiento ligamentario suelen ser la causa más común de dolor lumbar; dando origen a la lumbalgia postural. Esta se asocia a la adopción de ciertas posturas no correctas tanto en el movimiento como en el reposo. En muchos casos, se debe a tendencias que tenemos desde niños como lo son dormir boca abajo, no sentarse correctamente o levantar cosas de forma incorrecta.

Secundario a lesiones traumáticas, deportivas o alteraciones anatómicas así como por la edad, el disco intervertebral puede sufrir un desgaste o bien herniarse. Asimismo las vértebras sufren alteraciones crónicas que comprometen las raíces nerviosas.

Otra causa incluye las fracturas vertebrales por osteoporosis o por cáncer. Esta causa, afortunadamente poco común, suele asociarse a lesiones en las raíces nerviosas y, ocasionalmente a la médula.

Hasta ahora, podríamos recolectar los dolores lumbares en mecánicos y no mecánicos. Sin embargo, también existe una tercera opción; el dolor lumbar referido. Este dolor puede generar dolor de cabeza a los ortopedistas y neurocirujanos pero también a los internistas porque, la razón del dolor es completamente externa a la columna y sus estructuras. Incluye enfermedades a nivel de próstata, endometrio, infecciones vaginales, cálculos renales, infecciones renales y otras causas más.

Como verán, no es fácil determinar el origen. Como ya lo dije desde el principio de mi blog, yo no espero que esto funcione como autodiagnóstico sino solamente para guiar un poco al paciente. Para el mismo médico, el primer problema está en el diagnóstico ya que como lo mencioné, el dolor lumbar es un síntoma y no una enfermedad por lo cual se debe estudiar finamente para llegar al origen de la enfermedad.

Para estudiar su lumbalgia debemos saber:
·         ¿Cuánto tiempo tiene con ella? Es de corta evolución (aguda), larga (crónica) o larga que ha aumentado en intensidad (crónica agudizada).
·         ¿Cuándo y cómo empezó? ¿Ha cargado cosas pesadas o hizo algún movimiento?
·         ¿Cuál es el trayecto del dolor? Origen y hasta donde llega
·         ¿Cuál es su intensidad? (en escala del 1 al 10 siendo 1 el menos intenso y 10 el dolor más fuerte que ha presentado en su vida)
·         ¿Qué tipo de dolor es? Quema, arde, es como un toque eléctrico.
·         ¿Aumenta o disminuye con algo el dolor? Posiciones, analgésicos, reposo o actividad
·         ¿Ha tomado algún medicamento o ha recibido tratamiento previo?
·         ¿Se acompaña de alteraciones en la fuerza muscular o en la sensibilidad?

Tras estas y otras preguntas más, su médico explorará su marcha, postura y hará varias maniobras para determinar el origen del dolor y alteraciones agregadas. Si así lo requiere enviará estudios adicionales como rayos X, electromiografía, resonancia magnética, tomografía, estudios de laboratorio.

El manejo consta de varias fases; control del dolor agudo, control del dolor crónico y prevención de recaídas.

Durante el dolor agudo, está indicado el reposo relativo. En caso de alguna lesión vertebral puede indicarse reposo absoluto por no más de 2 ó 3 días. Además se indicarán analgésicos y antiinflamatorios así como relajantes musculares y calor húmedo local.

En caso de mejorar (lo cual ocurre dentro de los 3 ó 4 primeros días) se irá reincorporando a la vida habitual poco a poco; agregando estiramientos musculares, ejercicios de fortalecimiento de espalda y, en caso de lumbalgias frecuentes, realizar los estudios pertinentes para descartar enfermedades.

Lo más importante es la prevención. La educación e higiene de columna es algo que debemos fomentar desde la niñez. ¿Qué es la higiene de columna? Ahhhhhh pues son aquellas cosas que realizamos a diario (dormir, barrer, recoger cosas, empujar) y que, tiene una técnica para no lesionar la espalda. Por ejemplo ¿sabía que no es bueno dormir boca abajo? O ¿sabe usted la técnica correcta para levantar objetos del suelo?

Algo más que se incluye en la prevención es mantener un peso adecuado (cero gordos) y realizar ejercicios de fortalecimiento abdominal (¡ouch! Bueno, sin llegar al estómago de lavadero) y de espalda.
Bien, en caso de presentar un cuadro de dolor lumbar y contrario a los anuncios de TV, no basta con aplicar pomadas o tomar analgésicos. Debe usted acudir a su médico quien determinará el origen de su problema y le dará el manejo específico.

Para mayores informes, recuerde que estoy disponible. Envíeme un correo electrónico o utilice ésta vía. Con la salud, no se juega.

Nos vemos la siguiente semana J

Referencias.
Buil Cosiales, Gurpegui Resano JR, Pascual Pascual P, et al. La Lumbalgia en atención primaria. Guía de actuación. Servicio Navarro de Salud. 2000. España.

Champin Michelena D. Lumbalgia. Rev Soc Per Med Inter 2004; 17(2):50-56.

Peña Sagredo JL, Peña, Brieva, et al. Fisiopatología de la lumbalgia. Rev Esp Reumatol 2002; 10:483-8.

2 comentarios:

  1. Doctora mi hijo le saluo en acetabular derecho 25 grados e izquierdo 27grados quisiera saber si es normal o grave.

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