martes, 25 de septiembre de 2012

Displasia del Desarrollo de Cadera, otro de los problemas del bebé

Inicialmente pido una disculpa sincera por no haber escrito la semana pasada; demasiado trabajo pero aquí me encuentro escribiendo nuevamente para ustedes; algo sobre lo que más le importa a mis pacientes; sus bebés.

Así como existe una Cartilla Nacional de Vacunación donde se indica sobre el tipo de vacuna y edad en la que hay que colocar, en otros países como España, EUA y Canadá se suele pedir una radiografía de pelvis al bebé.

En nuestro país, aún no se aplica pese a la solicitud por parte de los ortopedistas, ortopediatras y pediatras en México. Sucede que, este es un problema más común de lo que parece pero voy a empezar definiendo lo ¿qué es la displasia de cadera?

Antiguamente (y no tan antiguo), se le conocía como luxación congénita de cadera. Actualmente la conocemos como Displasia del Desarrollo de Cadera.  Este padecimiento es uno de los más comunes en ortopedia pediátrica.  Se prefirió el término displasia porque implica cualquier alteración en el desarrollo de la cadera; desde la inestabilidad o malformación del acetábulo hasta la salida de la cabeza femoral o luxación. Se prefirió el término “del desarrollo” a “congénito” porque se hace uso al crecimiento y diferenciación que incluye las etapas fetal, neonatal e infantil.


¿Qué tan común es? Bueno, anterior al uso de rayos X y ultrasonido, se calculaba una incidencia de 0.5 a 1.5 casos por cada 1000 nacidos vivos. Actualmente se considera que hasta 20 de cada 1000 nacidos vivos puede presentarla en alguna de sus variantes.

No siempre se trata de una displasia. Durante los primeros días de vida un recién nacido puede presentar un chasquido ya que al pasar las hormonas maternas (estrógenos y relaxina) al bebé, éste tiene una inestabilidad por laxitud de los ligamentos. Durante la primer semana de vida, la cadera se estabiliza en el 60% de los casos y para los 2 primeros meses de vida se estabiliza hasta el 88% de los niños.

¿Cuál es el tipo más frecuente de de displasia y en quiénes es más común? Bien, no hay una preferencia por raza pero si por el sexo. Las niñas son más comunes en este padecimiento; aunque otros factores incluyen el embarazo gemelar y ser primogénito.
La forma más común sin embargo no es la cadera luxada sino la displasia pura acetabular. Es tres veces más común presentarse en la cadera izquierda que en la derecha.

Existen otros factores asociados que incluyen la hiperlaxitud familiar, mala posición al nacimiento (presentación pélvica), etc…

Hay varias formas de clasificarla pero por el tipo de malformación se divide en:
·         Displasia pura acetabular: El techo o acetábulo es plano aunque la cabeza del fémur puede ser normal.
·         Subluxación:  La cabeza del fémur tiene un contacto parcial con el acetábulo
·         Luxación: La cabeza del fémur no tiene ningún contacto con el acetábulo

¿Cuáles son los datos clínicos que se deben encontrar?
En niños pequeños es más difícil encontrar datos. Inicialmente se busca el clásico chasquido mediante las pruebas de Ortolani y Barlow (que debe únicamente hacer un pediatra u ortopedista).

En niños mayores, los signos son más obvios. Cuando la luxación es únicamente de un lado, se observa limitación al abrir la cadera además de acortamiento de la pierna y asimetría de pliegues (OJO à Los pliegues a observar son los primarios: glúteos, rodillas y talones. El resto de los pliegues, especialmente en niños gorditos, normalmente se verán asimétricos aún en niños sanos).


Cuando ambas caderas están luxadas, es más difícil ya que puede no haber datos hasta que el niño inicie la marcha y tienda a tener una “marcha de pato” y tender a corregir la postura sacando el abdomen y los glúteos.

Existen otros datos más; pero su médico debe realizar las distintas pruebas de revisión y enviar un estudio de gabinete para confirmar o descartar el diagnóstico. Los estudios más comunes son las placas de rayos X (en neutro y “rana”); aunque en niños pequeños puede solicitarse un ultrasonido.

Importancia de un diagnóstico temprano
Cuando existe un diagnóstico temprano, el tratamiento inicia inmediatamente y existe un mejor pronóstico para su bebé.

El tratamiento inicial usualmente consiste en el uso de un dispositivo para mantener la cadera estable y en posición. Se recomienda el uso de un arnés de Pavlik; aunque puede utilizarse el arnés de Fernández o el cojín de Frejka. Estos se utilizan durante los primeros 6 meses de vida. Posteriormente la necesidad de una reducción abierta (cirugía) o cerrada con colocación de moldes de yeso se vuelve parte del tratamiento.

Por tanto, es ideal que desde el nacimiento su bebé lleve un seguimiento por su pediatra pero (y ahí viene el pero), si existe antecedente de displasia de cadera en la familia (madre, padre, hermanos o tíos); se trata de un parto gemelar o algo le parece raro en la forma de abrir y cerrar las piernas de su bebé (especialmente si es primogénito o se trata de una niña), conviene que su bebé sea revisado por un ortopedista para descartar la posibilidad de una displasia de cadera así como se brinde el manejo oportuno de forma temprana.

Existen muchas cosas más que se pueden decir de la displasia del desarrollo de cadera (y a mí que me fascinan los temas ortopediátricos) pero es un espacio breve el que tengo así que, si tiene alguna duda, escriba a mi correo o por este medio y daré una respuesta con gusto.