Así como existe una Cartilla Nacional de
Vacunación donde se indica sobre el tipo de vacuna y edad en la que hay que
colocar, en otros países como España, EUA y Canadá se suele pedir una
radiografía de pelvis al bebé.
En nuestro país, aún no se aplica pese a la
solicitud por parte de los ortopedistas, ortopediatras y pediatras en México.
Sucede que, este es un problema más común de lo que parece pero voy a empezar
definiendo lo ¿qué es la displasia de cadera?
Antiguamente (y no tan antiguo), se le conocía
como luxación congénita de cadera. Actualmente la conocemos como Displasia del
Desarrollo de Cadera. Este padecimiento es
uno de los más comunes en ortopedia pediátrica.
Se prefirió el término displasia porque implica cualquier alteración en
el desarrollo de la cadera; desde la inestabilidad o malformación del acetábulo
hasta la salida de la cabeza femoral o luxación. Se prefirió el término “del desarrollo”
a “congénito” porque se hace uso al crecimiento y diferenciación que incluye
las etapas fetal, neonatal e infantil.
¿Qué tan común es? Bueno, anterior al uso de rayos X y
ultrasonido, se calculaba una incidencia de 0.5 a 1.5 casos por cada 1000
nacidos vivos. Actualmente se considera que hasta 20 de cada 1000 nacidos vivos
puede presentarla en alguna de sus variantes.
No siempre se trata de una displasia. Durante
los primeros días de vida un recién nacido puede presentar un chasquido ya que
al pasar las hormonas maternas (estrógenos y relaxina) al bebé, éste tiene una
inestabilidad por laxitud de los ligamentos. Durante la primer semana de vida,
la cadera se estabiliza en el 60% de los casos y para los 2 primeros meses de
vida se estabiliza hasta el 88% de los niños.
¿Cuál es el tipo más
frecuente de de displasia y en quiénes es más común? Bien, no hay una preferencia por
raza pero si por el sexo. Las niñas son más comunes en este padecimiento;
aunque otros factores incluyen el embarazo gemelar y ser primogénito.
La forma más común sin embargo no es la cadera
luxada sino la displasia pura acetabular. Es tres veces más común presentarse
en la cadera izquierda que en la derecha.
Existen otros factores asociados que incluyen
la hiperlaxitud familiar, mala posición al nacimiento (presentación pélvica),
etc…
Hay varias formas de clasificarla pero por el
tipo de malformación se divide en:
·
Displasia
pura acetabular: El techo o acetábulo es plano aunque la cabeza del fémur puede
ser normal.
·
Subluxación: La cabeza del fémur tiene un contacto parcial
con el acetábulo
·
Luxación:
La cabeza del fémur no tiene ningún contacto con el acetábulo
¿Cuáles son los datos
clínicos que se deben encontrar?
En niños pequeños es más difícil encontrar
datos. Inicialmente se busca el clásico chasquido mediante las pruebas de
Ortolani y Barlow (que debe únicamente hacer un pediatra u ortopedista).
En niños mayores, los signos son más obvios.
Cuando la luxación es únicamente de un lado, se observa limitación al abrir la
cadera además de acortamiento de la pierna y asimetría de pliegues (OJO à Los pliegues a observar son los
primarios: glúteos, rodillas y talones. El resto de los pliegues, especialmente
en niños gorditos, normalmente se verán asimétricos aún en niños sanos).
Cuando ambas caderas están luxadas, es más difícil
ya que puede no haber datos hasta que el niño inicie la marcha y tienda a tener
una “marcha de pato” y tender a corregir la postura sacando el abdomen y los
glúteos.
Existen otros datos más; pero su médico debe
realizar las distintas pruebas de revisión y enviar un estudio de gabinete para
confirmar o descartar el diagnóstico. Los estudios más comunes son las placas
de rayos X (en neutro y “rana”); aunque en niños pequeños puede solicitarse un
ultrasonido.
Importancia de un
diagnóstico temprano
Cuando existe un diagnóstico temprano, el
tratamiento inicia inmediatamente y existe un mejor pronóstico para su bebé.
El tratamiento inicial usualmente consiste en
el uso de un dispositivo para mantener la cadera estable y en posición. Se
recomienda el uso de un arnés de Pavlik; aunque puede utilizarse el arnés de
Fernández o el cojín de Frejka. Estos se utilizan durante los primeros 6 meses
de vida. Posteriormente la necesidad de una reducción abierta (cirugía) o
cerrada con colocación de moldes de yeso se vuelve parte del tratamiento.
Por tanto, es ideal que desde el nacimiento su
bebé lleve un seguimiento por su pediatra pero (y ahí viene el pero), si existe
antecedente de displasia de cadera en la familia (madre, padre, hermanos o
tíos); se trata de un parto gemelar o algo le parece raro en la forma de abrir
y cerrar las piernas de su bebé (especialmente si es primogénito o se trata de
una niña), conviene que su bebé sea revisado por un ortopedista para descartar
la posibilidad de una displasia de cadera así como se brinde el manejo oportuno
de forma temprana.
Existen muchas cosas más que se pueden decir de
la displasia del desarrollo de cadera (y a mí que me fascinan los temas
ortopediátricos) pero es un espacio breve el que tengo así que, si tiene alguna
duda, escriba a mi correo o por este medio y daré una respuesta con gusto.